El precio del oro ha aumentado un 20% desde septiembre pasado y podría alcanzar un nivel nunca antes visto en 2023. Este metal amarillo se considera un valor refugio por excelencia, lo que explica este aumento relacionado con la inestabilidad geopolítica, las tensiones económicas y la inflación.
De hecho, el oro siempre ha sido el primer valor refugio en tiempos difíciles. Con una inflación cercana al 6,2% en Francia, la posesión de oro físico es una solución simple para preservar sus inversiones de la amenaza inflacionaria. El oro es un activo particularmente seguro y confiable, demostrando su resiliencia durante períodos de crisis. Los bancos centrales tienen importantes reservas de metal amarillo para garantizar su independencia frente al dólar y demostrar confianza hacia el extranjero. El oro constituye así la garantía de un valor intrínseco importante y ofrece una inversión libre de riesgo de impago, a diferencia de los bonos o las acciones. Las fluctuaciones euro/dólar también tienen un papel en la inversión en oro, ya que la caída de la moneda única tiende a hacer subir el precio del oro denominado en euros.
El Consejo Mundial del Oro, que reúne a los actores del sector a nivel mundial, destaca en su último informe las compras masivas realizadas por los bancos centrales en 2022, especialmente los de los países emergentes. Estas compras alcanzaron las 1.136 toneladas, es decir, 450 toneladas más que en 2021, y se concentraron en el segundo semestre, con un pico en el cuarto trimestre, superando las 400 toneladas. En general, la demanda de metal amarillo aumentó un 18% para alcanzar un récord de 4.741 toneladas, el nivel más alto desde 2011.
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