El PIB de Turquía creció un 1,6 por ciento en el tercer trimestre. Hace unos años, hablábamos de una economía en auge, ya no es el caso hoy en día.
Es interesante ver lo cuales son los motores de este crecimiento. En cierta medida, es el oro que ha salvado a Turquía de la recesión.
Las exportaciones en el tercer trimestre aumentaron un 11,9 por ciento en comparación con el año pasado. Abajo por 10 puntos en el segundo trimestre, con 20,9 por ciento. La razón: Turquía exporta una gran cantidad de oro a Irán.
Directamente o a través de países como los Emiratos Árabes Unidos, la República de Irán, acosado por los embargos internacionales, busca divisas y oro. Sin estas exportaciones de oro, la economía turca estaría de nuevo en recesión este año.
Una vergüenza para un país que abrazó hay pocos las virtudes de la economía de libre mercado, y posible candidato en entrar en el mercado común. ¡Recuerde el discurso virtuoso de unos años acerca de Turquía! Turquía debería convertirse en el nuevo Eldorado para las empresas europeas en busca de mano de obra barata.
Pero la crisis de 2008 llego. La economía turca no pudo desarrollar un mercado interno para apoyar el crecimiento y los problemas económicos impiden que los inversores occidentales invierten en Turquía. Las exportaciones turcas de bienes y servicios al ralentí. En vez de continuar en la dirección de la economía keynesiana, Turquía parece que va a beneficiarse de la penumbra general, dando un nuevo significado a la palabra “exportación”. Fuera por lo tanto los productos manufacturados a los mercados occidentales, y bienvenida al oro.
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