Como venimos comentando el oro tiene todo a favor para que continúe con su tendencia alcista, y a la fecha a cotiza 1923 dólares la onza, lo cual nos da la pauta que se mantiene firme a consecuencia, en parte, del oleaje bursátil cargado de adrenalina que lleva a más de uno al suicidio, evidenciando la verdad de la regla que el valor del oro aumenta cuando los inversores se cuestionan que el dinero en papel no va a asegurar sus ahorros. Así lo reconoce el empresario y presidente del Parque Joyero de Córdoba, Rafael Ruiz, quien señala que la caída en ventas del sector ronda entre el 40 y 70% en Córdoba.
No solo los lingotes y monedas, resguardan nuestra inversión, como vimos también tienen un papel más que relevante los fondos cotizados (ETF) referenciados al metal precioso. Es decir, una empresa tiene el material y vende títulos a inversores, cuya rentabilidad varía en función de cómo evolucione el precio del metal.
Pero no para todos es una excelente noticia, hay un sector, aunque parezca mentira, que sufre con las oscilaciones de este valor dorado, y son sorprendentemente los joyeros a quienes se les “pianta más de un lagrimón” al ver su progreso, dicho sector consideran que pueden verse reducidas las ventas, así como las exportaciones, además de generarse un clima de incertidumbre sobre el precio final de los productos fabricados en oro, por mucho valor refugio que sea, y que ello podría menguar el interés del inversor, pues ante la duda, va a lo seguro, pues no podemos mentirnos, el lingote, es el lingote, y no hay estilo, capacidad ni especialización del artesano que cuente.
Como en otras ocasiones ha manifestado el presidente de la Asociación Provincial de Joyeros de Córdoba, Milagrosa Gómez, “…esas fluctuaciones perjudican a la hora de vender el producto terminado, puesto que disminuyen los beneficios de las ventas, aunque éstas se hagan por más valor”. Asimismo, continúa, “perjudica en las exportaciones, al tener que distribuir los artículos más caros”, por ello las ventas se encuentran condicionadas a la armonía de cotización, por ahora ausente.
En este sentido se expresó el empresario del sector de los seguros de joyería Rodolfo Serván, que apuntó que estas variaciones en el precio “no son normales; lo habitual es que el precio fluctúe y sufra subidas y bajadas de cotización, pero dentro de una estabilidad”, a dicha circunstancia se le suma la posición por la que atraviesa la banca en la actualidad, “que, en los tiempos que corren, no pueden dar garantías mediante los seguros de cambio. No se atreve, porque sabe que, casi con total seguridad, le va a costar dinero”, explicó Serván. Y considera que la única opción que le queda al sector de la joyería es «esperar a que el mercado se temple” “y que se fabrique con cautela, comprando sólo las cantidades justas para garantizar su venta en el futuro al precio estimado”, añadió.
Por todo ello la continuidad y supervivencia del rubro ira de la mano, con la solvencia de cada uno de los comerciantes, en principio, ello sin dejar de lado que las soluciones más generalizadas pasan por un mayor apoyo por parte de los bancos, «garantizando sus inversiones. Ahora, sin financiación, las cosas están muy complicadas», apuntó el empresario, que sin duda prevé un horizonte poco brillante para aquellos que quedan fuera del grupo antes mencionado.